





Las conservas son hoy en día imprescindibles en nuestras vidas y su oferta es muy variada. Pero, ¿sabemos escogerlas? Hoy te damos una guía para conocer una buena conserva.
Ya sean vegetales, de pescado o marisco, dulces o de productos cárnicos (menos habituales), los criterios para escoger una buena conserva son los siempre los mismos.
Materia prima
Es muy importante leer lo que aparece en los ingredientes y comprobar si coincide con lo que aparece en el envase.
Y si es de pescado o marisco, si aparece el nombre de la especie, mucho mejor. Si no tienes nociones de Biología, sólo tendrás que buscar en Google su nombre científico para ver de qué especie se trata.
Por nuestra parte, te dejamos una lista con los más comunes:
Además, también es muy importante que se especifiquen los valores nutricionales, sobre todo para las dietas ricas en proteínas o pobres en sal.
Método de fabricación, siempre artesanal
No es lo mismo la producción artesanal que la industrial. La limpieza manual del producto, uno a uno, y sin añadir productos químicos que faciliten la tarea, se nota en la calidad de una buena conserva.
Además el empaquetado a mano hace que las piezas sean escogidas especialmente y se desechen las que no cumplen unos mínimos requisitos de calidad. Esto no lo puede monitorizar una máquina.
Aditivos, los justos
Una buena conserva debe tener un medio líquido lo más natural posible.
Si es una conserva al natural, los ingredientes deben ser el producto en cuestión, agua y sal.
Por otro lado, es muy frecuente el uso de aceite, en ese caso lo ideal es que sea un aceite de oliva suave para que no enmascare el sabor de la conserva. También puede usarse el aceite de girasol, si es de calidad, lo que no recomendamos es otro tipo de aceites como por ejemplo, el de soja.
También es muy típico el escabeche, que se elabora con aceite, vinagre, especias, laurel (zanahorias en algunos casos) y sal. En estas elaboraciones, hay que estar atentos a que todos los ingredientes sean naturales.
Aquí tienes dos ejemplos de ingredientes en mejillones en escabeche.
Para las elaboraciones en salsa, es muy común el uso de cebolla, tomate, ajo, pimiento, especias, semillas e incluso frutos secos. En estas elaboraciones hay que vigilar especialmente si contienen los aditivos tipo E-XXX. No vamos a decir que sean todos malos, pero tampoco es demasiado recomendable tomarlos.
Procedencia
“Del norte lo que es del norte y del sur lo que es del sur”
Cada región o zona tiene sus productos estrella y eso es de sobra conocido.
Las verduras de la huerta Navarra, las anchoas del Cantábrico o el atún rojo de Barbate son claros ejemplos de una buena conserva (en el caso de las anchoas, semiconserva) con un origen definido que delata su calidad.
Además es importante que tanto el producto sea originario de la zona como que esté fabricado allí, sólo ellos saben cómo tratar el producto. No basta con decir en el envase “Fabricado en Galicia” por ejemplo, sino que el producto sea gallego. Debemos tener especial cuidado con marisco como berberechos o navajas o con verduras, como los espárragos, porque mucha de esta materia prima es de importación.
En el caso de las conservas de pescado o marisco, este origen puede ir avalado además por un sello de Denominación de Origen (otorgada al Mejillón de Galicia) o por un reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida (IGP), que actualmente lo tienen la Melva de Andalucía y la Caballa de Andalucía.
En estos casos, el envase contendrá un sello identificativo.
(Puedes conocer más sobre el Consejo Regulador de la IGP de la Melva de Andalucía y la caballa de Andalucía aqui)
Presentación de una buena conserva
Las presentaciones más clásicas para las conservas son en cristal o en lata.
Con el cristal tienes la ventaja de que ves lo que estás comprando, pero encarece el producto final, así como su transporte, además, el almacenaje es un poco más complicado.
Respecto a la lata, si contiene toda la información que hemos comentado y la marca nos da confianza, podemos asegurar que estarás comprando una conserva de calidad.
Además, hoy en día podemos encontrar latas serigrafiadas, protegidas con una caja de cartón o incluso envueltas a mano, con unos diseños preciosos (en estos nuestros vecinos portugueses, nos sacan ventaja). Y aunque caigas en la tentación de conservar el envase como objeto decorativo, no lo hagas. Puedes abrirlo con cuidado y conservarlo, pero nunca, nunca, dejes de disfrutar del contenido de una lata.
Esperamos haberte ayudado a elegir una buena conserva. Nuestro empeño es siempre escoger lo mejor para que no se pierda esa bonita costumbre de disfrutar de un aperitivo con una latita de calidad.
Puedes visitar nuestra tienda en Sevilla o bien navegar por nuestra web. Estaremos encantados de ayudarte y aconsejarte según tus gustos y preferencias.
¡Hasta la próxima!